Un año más 

" quieres hacer reír a Dios? Platícale de tus planes". 

Se acaba un año, un año más..
Aunque no se como comenzar por escribir tantas ideas que me vienen en mente, dejare que sean las palabras las que me vayan guiando en este pequeño espacio.

Sin duda el año más impactante, fuerte, estremecedor, ensordecedor, tormentoso y confuso de mi vida, lo comencé con muchos proyectos, metas, ideales y termino como nunca pensé que terminaría, " quieres hacer reír a Dios? Platícale de tus planes".
Y es que fue el año del eco, donde todo lo que alguna vez hice o dije termino dando eco aquí y hoy en 2018, un año de transición y cambio, de aceptar y soltar a cascarrabias lo que me hacía bien y lo que me hacía mal, de poner resistencia a no cerrar ciclos y lastimar a consecuencia de ello, fue un año sin duda de catarsis.
Pero no cambiaría ni un segundo vivido en esta tormenta, por qué a pesar de las personas, planes y proyectos que con su marea se llevó, me dejó el resplandor de un nuevo mañana, de una perspectiva de vida nueva, trajo consigo flores nuevas, se llevó todo el sargazo que alguna vez opaco mis aguas, dejo una brisa fresca de paz y armonía, las nubes dejaron de tapar el horizonte y conquisté mis fronteras... conocí los límites de mis aguas, admire el resplandor y aprendí a respetar los tiempos y tempestades de una tormenta, aprendí a valorar a los tesoros de personas que llevo Conmigo en este viaje que actuaron de salvavidas cuando muchas veces pensé que ya no podría, solté en la marea todo el orgullo que alguna vez no me dejo aceptar una mano de humilde ayuda, Reme con los brazos cansados y la mente en blanco en un sin fin de circunstancias que no pensé que podría superar y supere, retome el timón de mi vida y recordé mis ideales, y contemple la belleza de la Paz y calma que se viven después de una tormenta, me llene de gratitud y llene mis ojos de amor al ver quien seguía aquí y lloré a quien se había perdido ahí, agradecí a Dios llorando cada día superado y reclame a Dios llorando todas las injusticias que había atravesado, pero a final De cuentas lo único que tenemos es eso que no se pierde en una tormenta.

Y Ahora sentada en la arena de esta playa que llamaría vida, espero ansiosa y humilde los retos nuevos que se vayan presentando. Estoy lista!

-DM